Muestran la historia de la ciencia forense, desde las escenas del crimen hasta los tribunales

  • Una exposición en Londres sobre la 'anatomía del crimen' recorre por primera vez la historia de la medicina forense y la criminalística policial.
  • La muestra, que desarrolla la 'compleja alianza' del derecho, la medicina y la investigación policial, exhibe evidencias reales de famosos casos.
  • Los organizadores no ocultan que quieren explotar la 'fascinación popular' que despiertan las técnicas de investigación criminal de policías y patólogos.
Acuarela japonesa del siglo XVIII mostrando la putrefacción del cadáver de una mujer noble
Acuarela japonesa del siglo XVIII mostrando la putrefacción del cadáver de una mujer noble
Wellcome Library, London
Acuarela japonesa del siglo XVIII mostrando la putrefacción del cadáver de una mujer noble

Desde un tratado chino del siglo XIII Xi Yuan Ji Lu (Reparando errores, recopilación de casos injustos rectificados), escrito por Song Ci (1186 - 1249), padre de la patología forense, hasta el desarrollo del primer laboratorio de policía científica, establecido en Lyon (Francia) por Edmond Locard (1877-1966), que enunció el principio de transferencia ("siempre que dos objetos entran en contacto transfieren parte del material que incorporan al otro objeto") en el que se basarían la serología, la toxicología y los análisis de DNA...

La medicina forense —también llamada medicina legal o judicial—, aquella que ayuda a los tribunales a establecer causas de muerte y detalles relacionados con ella, y las prácticas policiales científicas asociadas, gozan de una creciente "fascinación popular" gracias a las series de televisión y películas que glorifican los milagros criminalísticos que ayudan a resolver los casos de sangre más difíciles. De esta seducción se aprovecha la exposición Forensics: the anatomy of crime.

'Delicados procesos'

La muestra desea explorar "la historia, la ciencia y el arte de la medicina forense" y el "complejo entrelazamiento de derecho y la medicina y todas las disciplinas que convergen en los "delicados procesos de recopilación, análisis y presentación de pruebas". Organizada entre el 26 de febrero y el 21 de junio por la Wellcome Collection de Londres, museo especializado en temas inquietantes y heterodoxos, presenta una colección de pruebas y evidencias originales relacionadas con sucesos criminales, material de archivo, documentación fotográfica, filmaciones, instrumentos forenses, obras de arte basadas en casos reales e instalaciones inspiradas en la "cobertura sensacionalista" de algunos notables asesinatos.

En la primera de las cinco secciones de la exposición, La escena del crimen, se recogen desde el boceto de época de uno de los asesinatos atribuidos a Jack el Destripador en los barrios bajos del Londres victoriano, hasta los complejos dioramas Nutshell Studies of Unexplained Death (Estudios acotados de muertes inexplicables), miniaturas al detalle de lugares donde se cometieron asesinatos elaborados con fines deductivos por la fotógrafa e investigadora Frances Glessner Lee (1878-1962), fundadora del departamento de medicina legal de la Universidad de Harvard, el primer programa de estudios superiores dedicado al estudio de la medicina forense en los EE UU.

La descomposición del cadáver de una noble japonesa del XVIII

Las pistas cruciales que ofrecen los grados de descomposición de los cadáveres se exploran tanto a través de las obras contemporáneas de entomólogos forenses modernas como con textos y pinturas históricas. Entre estas últimas destaca Kusōzu, una secuencia de exquisitas acuarelas japonesas del siglo XVIII que detallan en nueve piezas el deterioro físico del cuerpo muerto de una mujer noble

El apartado La morgue traza una historia de la patología forense. El recorrido comienza en el citado texto chino de Song Ci, considerado como la primera guía de la medicina forense, hasta la obra y los ficheros profesionales del célebre patólogo inglés Bernard Spilsbury (1877-1947), una eminencia de las autopsias que intervino en la resolución de famosos casos criminales mediante el análisis de los cadáveres de las víctimas y de restos encontrados en ellos y se convirtió en el primer forense estrella. La sección incluye también una reconstrucción de una morgue de nuestros días, con posibilidad de realizar autopsias virtuales en tres dimensiones. 

De las huellas dactilares a las genéticas

El laboratorio incide en las implicaci0nes y desarrollo del principio de transferencia de Locard, que fue la piedra fundaciones de disciplinas como la toxicología, la serología y la perfilación criminal. La exposición muestra en esta sección una serie de técnicas de identificación y clasificación, desde la interpretación de retratos de Alphonse Bertillon (1853-1914), fundador de la antropometría criminal, hasta las primeras tablas de huellas dactilares del inglés Edward Henry (1850-1931) y las actuales huellas genéticas de Alec Jeffreys (1950).

El siguiente paso en el recorrido es La investigación, donde se profundiza en el trabajo de campo de los antropólogos forenses. Se expone los trabajos de las artistas conceptuales Christine Borland y Jenny Holzer sobre reconstrucciones faciales y delitos sexuales y un encargo especial para la muestra de Šejla Kamerić que se ha dedicado a recuperar historias personales a partir de las estadísticas de la guerra de Bosnia.

El forense como perito judicial

El juzgado, sección que cierra el viaje por la historia forense, recurre a la reconstrucción de la historia del médico criminalista como perito judicial influyente y, en ocasiones, decisivo. Como contrapunto, se expone una serie de fotos de Taryn Simon sobre personas inocentes injustamente condenadas como culpables de delitos que no habían cometido.

Una mirada alternativa a la que ofrecen 'CSI' y otras ficciones populares de TV Forensics: the anatomy of crime ofrece una "mirada alternativa" a la que ofrecen CSI y "otras ficciones populares de la televisión", dice la coordinara de la exposición, Lucy Shanahan. "Nuestro viaje desde la escena del crimen a la corte de justicia ofrece a los visitantes inesperados encuentros con la cambiante relación entre la medicina, el derecho y la sociedad ".

'Familiar e inquietante'

Para Ken Arnold, responsable de exposiciones de la Wellcome Collection, la muestra "nos recuerda la extraordinaria capacidad del cuerpo humano para dejar huellas más allá de la muerte y la desaparición". Esta "verdad inquietante" da pie a una "sorprendente variedad de técnicas de investigación científica y un territorio fértil para la imaginación cultural, a la vez familiar e inquietante".

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